La transparencia, un valor en auge

Un buen gobierno no puede garantizar que siempre se tomen las decisiones correctas: la empresa es un proyecto con riesgo y los administradores pueden cometer errores. Pero el buen gobierno sí debe asegurar unas cuentas claras y que las decisiones se toman de la mejor manera posible. La experiencia de los últimos años en las compañías cotizadas ha demostrado que eso requiere transparencia y una comunicación fluida entre los distintos grupos de interés, es decir, entre el equipo directivo y el consejo de administración; entre el consejo y los accionistas, y entre los accionistas y la sociedad en general.