Sociedad Deportiva Eibar S.A.D.: un club modesto en la élite de un sector singular

Verano de 2015. La Sociedad Deportiva Eibar S.A.D. celebra sus 75 años de historia en Primera División como un caso único en el fútbol. Las singularidades del Eibar eran varias: pertenecía a la población más pequeña de la historia de la Primera División, la austeridad era una seña de identidad de un club que se esforzaba por vivir y difundir los valores en que creía, y sus finanzas habían estado siempre ¿en orden¿. En 2014 había protagonizado una obligada ampliación de capital basada en crowdfunding por la que pocos apostaban a priori. Al contrario que la mayoría de los equipos profesionales, el Eibar no tenía propietarios únicos, ni accionistas de referencia. Y a pesar de todo ello, o quizás gracias a todo ello, el Eibar tenía la osadía de competir en la Liga de las estrellas. Al ascenso en 2014 le había seguido una primera temporada en Primera División muy irregular, con una primera vuelta magnífica, seguida de una segunda vuelta desastrosa. Al final se había mantenido la categoría in extremis, y gracias al descenso administrativo de otro equipo (el Elche CF) por impagos. La tensión se había manifestado en desacuerdos públicos en el seno del Consejo de Administración que había que reconducir. Después de semejante montaña rusa, había que volver a pensar en los ejes de actuación deportiva, empresarial y de gobierno de una sociedad que aspiraba a ir mucho más allá de satisfacer a sus aficionados a través de los resultados deportivos. El Eibar quería ser, para su ciudad, un tractor de desarrollo económico y social, y un canalizador de las aspiraciones de una pequeña ciudad industrial.